Campamentos de verano como gastos de los hijos, ¿quién los asume?

El tiempo pasa tan rápido que, sin darme apenas cuenta, me veo envuelta en el calor y color de un nuevo verano.

Reconozco que soy mujer de inviernos fríos, pero, siempre me ha gustado mutar hacia el olor y la luz que desprenden esos veranos donde todo huele a tiempo libre. Me encanta levantarme tarde, sentarme a mediodía a refrescarme con un libro o en una terracita entre charlas que arreglan el mundo.

Disfruto de esos veranos donde sopla el viento. Me divierto en el agua y me gusta poder tomar el sol sin prisas y relajarme con el vaivén de las olas del mar. Me encantan los veranos llenos de comidas al aire libre, de sobremesas largas, y divertidas noches de risas entre amigos y buena música hasta las tantas. Me encantan los veranos porque, para mí, representan sol, aire libre, probar nuevos sabores de helados y, por qué no, mirar siempre de hacer solo aquello que me apetece.

Pero, mis veranos, como imagino que el verano de cualquier abogado que se dedique al derecho de familia, comienzan siempre preorganizando fechas, y solucionando conflictos de clientes que tienen multitud de dudas y consultas al ver que el curso escolar de sus hijos finaliza y, tras el divorcio, deben ponerse de acuerdo con el otro progenitor sobre campamentos de verano, viajes, estancias y ciertos otros gastos.

Y es que, llega el verano y, con él, nuevos problemas para aquellos progenitores que están separados o divorciados: ¿apuntamos a los niños a un campamento? ¿A cuál? ¿Quién asume el gasto? ¿cómo repartimos las vacaciones de verano?

Francamente, no recuerdo que, de niña, hubiesen tantos campamentos de verano cómo ahora existen.

Hoy por hoy, hay tanta oferta y de tan variopinta temática que, no me extraña que se haya convertido en uno de los puntos más controvertidos del verano de cualquier padre o madre separado o divorciado.

Hay campamentos de verano para que los pequeños aprendan idiomas, campamentos de fútbol, tecnológicos, de desarrollo personal, campamentos granja-escuela, campamentos de hípica o campamentos para que los niños y niñas interactúen con otros muchos animales, campamentos artísticos, cursos de formación, campamentos deportivos, cursos internacionales, campamentos de multiaventura, de actividades en la naturaleza, de actividades náuticas, campamentos familiares o para hacer actividades en familia, campamentos con alojamiento, campamentos sin alojamiento, locales, regionales, provinciales, nacionales o internacionales, etc.

La verdad, es que son muchos los niños y niñas que, aunque puedan divertirse entre todas estas actividades, solo esperan y sueñan con la llegada de un mes de agosto, donde poder disfrutar de tiempo libre y sin horarios. Aun así, también es cierto que, muchos padres y madres que trabajan ven la solución en estos campamentos para así tener a sus hijos entretenidos durante esos meses de verano donde el calor en la ciudad aprieta y ellos, todavía, trabajan.

Ponerse de acuerdo con la temática de la actividad del campamento de verano que realizaran los hijos durante los meses de verano, puede generar conflicto, pero, lo que con seguridad lo hará es el coste que se derive del mismo.

Hay campamentos de verano que serán más económicos y, otros, que pueden ser considerados como campamentos más caros e incluso, de lujo. Por ejemplo, las estancias en el extranjero, campamentos de vela, hípica o de surf, pueden tener, en ocasiones, un coste mayor. Es por ello que, el progenitor que los quiera contratar puede encontrarse con la oposición del otro progenitor a la realización de dicha actividad debido a ese coste elevado. En ese caso, si además la actividad o campamento de verano coincide con el período que este otro progenitor tiene asignado, solamente se vería obligado a asumir su coste si el hijo, ya tenía por costumbre realizar dicha actividad, durante el matrimonio de los progenitores.

Hay que decir que, las actividades de los hijos en el extranjero suponen un altísimo coste, por lo que, cualquiera de los progenitores podría oponerse y pedir que esa estancia pudiera ser sustituida por un campamento de idiomas en un lugar cercano al del domicilio del menor.

Pero, no todos los campamentos tienen un alto coste. Los hay de coste moderado y, en tal caso, los padres, para decidir sobre la matrícula de sus hijos en uno de ellos, deberán tener en cuenta poder ponerse de acuerdo en cuanto a la actividad a realizar, teniendo siempre en cuenta si esa actividad ya era una actividad que el menor realizara durante el año o no.

Hay que mirar de llegar a acuerdos. Y siempre es necesario poder respetar los deseos e intereses de los niños. Por muchas posibilidades económicas que tengan los progenitores, si los menores prefieren hacer un curso de natación al lado de su casa en lugar de tener que acudir a un campamento de hípica en otra ciudad al otro lado del mundo y en un idioma distinto, deberían esos padres, valorar los gustos y necesidades de sus hijos antes de elegir.

Es bueno que los padres puedan estar a las costumbre anteriores a su separación o divorcio. Hay que intentar que el menor pueda hacer aquello que le gusta o que le hace crecer, siempre y cuando no tenga un coste altísimo o que resulte inasumible. Y es que, ni hay que hacer que el menor realice una actividad que no le guste o que le perjudique, ni se pueden anteponer los deseos de un menor a las posibilidades de dinero y tiempo de sus padres.

Del mismo modo, que deberán respetar que los menores puedan relacionarse con el resto de familia extensa, a la que, muchas veces, solo pueden ver durante las vacaciones escolares, y, sobre todo, para elegir campamento de verano es indispensable que los padres puedan valorar las posibilidades económicas y de disponibilidad laboral del otro progenitor también.

Si los padres eligen que el menor realice una actividad en uno de los muchos campamentos de verano que se ofertan, hay que mirar que ese tiempo de campamento no reste días ni vacaciones de ese menor con el otro progenitor porque, es importante mirar de fomentar las habilidades y el desarrollo de los hijos, pero, también las relaciones y cariño con el otro progenitor y resto de familia.

Como es una decisión que puede tomar de manera unilateral uno de los progenitores, si el otro no está de acuerdo en la realización o en el coste, no estará obligado a abonarlo y quien deberá asumir el pago es aquél progenitor que ha decidido que el menor vaya al campamento.

Creo que es bueno fomentar las habilidades de los niños pero, si me lo permitís, pienso que, tampoco es necesario inscribir a los hijos a un sinfín de campamentos de verano. Es cierto que, si se trabaja, no siempre se puede recurrir a los abuelos para que cuiden de los niños. Pero, hay que recordar que, si los abuelos quieren y los hijos también, relacionarse con los abuelos es un “derecho del menor”. ¿Con quién aprenderán más y se divertirán mejor que con ellos?

Cómo veis, el verano es una época de bastante trabajo para los abogados de familia. El verano nos saca a todos de nuestras rutinas y, como en algún otro post anterior, os comentábamos, es quizás la época del año que evidencia más problemas de convivencia.

Las vacaciones son relax y descanso, pero también libertad y diversión, campamentos de verano, aprender y experimentar cosas nuevas.

Hay que fomentar la creatividad en los niños. Es indispensable estimular su imaginación, porque sin sueños imaginados, no existiría la creatividad. Pero, muchos padres tienden a estimular a sus hijos en exceso ocupando todas sus horas con actividades diversas sin tener en cuenta aquello de que “los niños deben aprender a aburrirse”. Porque, cuando los niños se aburren, conectan con ellos mismos y sacan de su interior su creatividad y su imaginación.

Y es que, como se dice, si les das “tiempo y espacio para jugar y montarse sus propias historias”, es decir, si dejas que tus hijos jueguen como quieran en un espacio donde se sientan libres y seguros aprenderán a ser creativos. Y, entonces, ¿quién sabe? Porque, como se decía en Ratatouille, “no cualquiera puede convertirse en un gran artista, pero, un gran artista puede venir de cualquier lugar”.

 

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