D

icen que “la confianza es el eslabón de acero que consolida toda relación significativa, ahí donde las personas actúan desde la integridad y la coherencia”. Y, debe ser así, porque cuando existe una falta la confianza en cualquier relación ya sea personal, familiar y/o profesional, ésta se tambalea, renquea y, normalmente acaba rompiéndose.

Sucede lo mismo en las relaciones matrimoniales, sentimentales o de pareja, puesto quetienen su base en la confianza, en la franqueza, en la comprensión y la sinceridad.

Se tiene confianza mutua, y por supuesto, debe existir confianza en uno mismo para una vida sentimental o conyugal dicen feliz y duradera. Cada uno le dará a “la confianza”, pero, la connotación y significado que le resulte compatible con sus valores, querencias y creencias. De hecho, no para todos tendrá el mismo significado pero, lo que sí es seguro es que sin ella, difícilmente una relación sobrevivirá.

Y, normalmente, cuando una relación entra en crisis, ante la decepción que surge cuando decae la confianza en la pareja, en el cónyuge, cuando la “rabia” de la que hablábamos en nuestro anterior post “perder para ganar”, está patente es cuando un porcentaje elevado de personas busca asistencia legal para poder defender sus intereses en un divorcio.

Es en ese momento donde la máquina de la confianza vuelve a engranar sus piezas porque, la relación entre cualquier cliente y su abogado, se fundamenta también, en la confianza. El cliente le exigirá a su abogado una conducta íntegra y profesional, que no le defraude.

Cuando un cliente se encuentra en plena crisis matrimonial, normalmente, siente esa necesidad de abrirse ante su abogado, de explicar su versión, de hacerle ver al profesional su verdad ante el conflicto.

Un abogado con experiencia en derecho de familia es fundamental para poder ganarse la confianza de su cliente mediante la escucha activa. No solo ha de ser habilidoso en la escucha de lo que su cliente le transmite con sus palabras, sino también, lo ha de ser en cuanto a saber ver e interpretar los sentimientos, ideas y/o pensamientos que se desprenden del relato del cliente.

Solo esa habilidad iniciará una nueva relación de confianza que se forjará, en todo caso, con la implicación del abogado durante el proceso de divorcio o crisis familiar.

Este tipo de procedimientos de derecho de familia no pueden nunca ser tratados por el profesional del mismo modo que, por ejemplo, una reclamación de cantidad y, el cliente desconfiará de su letrado si así se gestiona o hace. El cliente quiere sentirse acompañado durante todo el proceso.

Quiere sentirse comprendido, quiere tener un buen asesoramiento que le permita dejar atrás su rabia, quiere tener la cercanía suficiente con su abogado para poder trasladarle sus dudas y miedos.

Necesita empoderarse de nuevo pero con un buen asesoramiento que, desde la confianza de saber qué es lo correcto o legalmente permitido, pueda, restablecer sus emociones y, abrazar de nuevo sus sentimientos desde una perspectiva distinta que, aunque le dé un estatus nuevo al de “pareja de”, “casado con”, etc., en las situaciones donde existen hijos, siempre se va a continuar siendo “padre/madre” y, será necesario restablecer la confianza con el hijo y, por supuesto con el/la “ex” pareja, con quien deberá reconducirse la relación a una distinta donde mediante la cordialidad, poco a poco, se consiga llegar a vibrar en una confianza confusa, pero, confianza al fin y al cabo porque los seres humanos nacimos para relacionarnos y, en toda relación, debe existir confianza.

Quien se halla inmerso en una crisis matrimonial y/o familiar, para volver a confiar en su pareja o ex pareja, necesitará que la otra parte de la relación le entienda y, para que tu cliente confíe en ti, sucede lo mismo, debe sentir, saber y conocer que entiendes su preocupación.

Una forma de conseguirlo es mediante la técnica del “rapport”, creando una conexión de empatía con otra persona para que se comunique con menos resistencia.

Por lo tanto, siendo empático y mediante el “rapport” se genera confianza durante el proceso de comunicación. El receptor del mensaje se muestra más abierto, interactivo y preparado para recibir la información. Mediante el “rapport” todas las opiniones son tenidas en cuenta, todos los puntos de vista expuestos por todas las personas son válidos y ello, siempre, dará paso a nuevas relaciones de confianza.

El cliente podrá restablecer su confianza con su expareja centrando el foco de atención en intereses comunes (por ejemplo en los hijos), del mismo modo que siempre que el cliente se sienta escuchado y vea que su abogado defiende sus intereses encaminándose hacia sus mismos objetivos, otorgándole la experiencia y conocimientos de los que él carece, el abogado conseguirá que su cliente mantenga depositada su confianza en él.

Y, es que, “cuando la confianza es alta, la comunicación es fácil, instantánea y
efectiva” (Stephen R. Corvey).

Y, es que, “cuando la confianza es alta, la comunicación es fácil, instantánea y
efectiva”

(Stephen R. Corvey)
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icen que “la confianza es el eslabón de acero que consolida toda relación significativa, ahí donde las personas actúan desde la integridad y la coherencia”. Y, debe ser así, porque cuando existe una falta la confianza en cualquier relación ya sea personal, familiar y/o profesional, ésta se tambalea, renquea y, normalmente acaba rompiéndose.

Sucede lo mismo en las relaciones matrimoniales, sentimentales o de pareja, puesto quetienen su base en la confianza, en la franqueza, en la comprensión y la sinceridad.

Se tiene confianza mutua, y por supuesto, debe existir confianza en uno mismo para una vida sentimental o conyugal dicen feliz y duradera. Cada uno le dará a “la confianza”, pero, la connotación y significado que le resulte compatible con sus valores, querencias y creencias. De hecho, no para todos tendrá el mismo significado pero, lo que sí es seguro es que sin ella, difícilmente una relación sobrevivirá.

Y, normalmente, cuando una relación entra en crisis, ante la decepción que surge cuando decae la confianza en la pareja, en el cónyuge, cuando la “rabia” de la que hablábamos en nuestro anterior post “perder para ganar”, está patente es cuando un porcentaje elevado de personas busca asistencia legal para poder defender sus intereses en un divorcio.

Es en ese momento donde la máquina de la confianza vuelve a engranar sus piezas porque, la relación entre cualquier cliente y su abogado, se fundamenta también, en la confianza. El cliente le exigirá a su abogado una conducta íntegra y profesional, que no le defraude.

Cuando un cliente se encuentra en plena crisis matrimonial, normalmente, siente esa necesidad de abrirse ante su abogado, de explicar su versión, de hacerle ver al profesional su verdad ante el conflicto.

Un abogado con experiencia en derecho de familia es fundamental para poder ganarse la confianza de su cliente mediante la escucha activa. No solo ha de ser habilidoso en la escucha de lo que su cliente le transmite con sus palabras, sino también, lo ha de ser en cuanto a saber ver e interpretar los sentimientos, ideas y/o pensamientos que se desprenden del relato del cliente.

Solo esa habilidad iniciará una nueva relación de confianza que se forjará, en todo caso, con la implicación del abogado durante el proceso de divorcio o crisis familiar.

Este tipo de procedimientos de derecho de familia no pueden nunca ser tratados por el profesional del mismo modo que, por ejemplo, una reclamación de cantidad y, el cliente desconfiará de su letrado si así se gestiona o hace. El cliente quiere sentirse acompañado durante todo el proceso.

Quiere sentirse comprendido, quiere tener un buen asesoramiento que le permita dejar atrás su rabia, quiere tener la cercanía suficiente con su abogado para poder trasladarle sus dudas y miedos.

Necesita empoderarse de nuevo pero con un buen asesoramiento que, desde la confianza de saber qué es lo correcto o legalmente permitido, pueda, restablecer sus emociones y, abrazar de nuevo sus sentimientos desde una perspectiva distinta que, aunque le dé un estatus nuevo al de “pareja de”, “casado con”, etc., en las situaciones donde existen hijos, siempre se va a continuar siendo “padre/madre” y, será necesario restablecer la confianza con el hijo y, por supuesto con el/la “ex” pareja, con quien deberá reconducirse la relación a una distinta donde mediante la cordialidad, poco a poco, se consiga llegar a vibrar en una confianza confusa, pero, confianza al fin y al cabo porque los seres humanos nacimos para relacionarnos y, en toda relación, debe existir confianza.

Quien se halla inmerso en una crisis matrimonial y/o familiar, para volver a confiar en su pareja o ex pareja, necesitará que la otra parte de la relación le entienda y, para que tu cliente confíe en ti, sucede lo mismo, debe sentir, saber y conocer que entiendes su preocupación.

Una forma de conseguirlo es mediante la técnica del “rapport”, creando una conexión de empatía con otra persona para que se comunique con menos resistencia.

Por lo tanto, siendo empático y mediante el “rapport” se genera confianza durante el proceso de comunicación. El receptor del mensaje se muestra más abierto, interactivo y preparado para recibir la información. Mediante el “rapport” todas las opiniones son tenidas en cuenta, todos los puntos de vista expuestos por todas las personas son válidos y ello, siempre, dará paso a nuevas relaciones de confianza.

El cliente podrá restablecer su confianza con su expareja centrando el foco de atención en intereses comunes (por ejemplo en los hijos), del mismo modo que siempre que el cliente se sienta escuchado y vea que su abogado defiende sus intereses encaminándose hacia sus mismos objetivos, otorgándole la experiencia y conocimientos de los que él carece, el abogado conseguirá que su cliente mantenga depositada su confianza en él.

Y, es que, “cuando la confianza es alta, la comunicación es fácil, instantánea y
efectiva” (Stephen R. Corvey).

Y, es que, “cuando la confianza es alta, la comunicación es fácil, instantánea y
efectiva”

(Stephen R. Corvey)
D

icen que “la confianza es el eslabón de acero que consolida toda relación significativa, ahí donde las personas actúan desde la integridad y la coherencia”. Y, debe ser así, porque cuando existe una falta la confianza en cualquier relación ya sea personal, familiar y/o profesional, ésta se tambalea, renquea y, normalmente acaba rompiéndose.

Sucede lo mismo en las relaciones matrimoniales, sentimentales o de pareja, puesto quetienen su base en la confianza, en la franqueza, en la comprensión y la sinceridad.

Se tiene confianza mutua, y por supuesto, debe existir confianza en uno mismo para una vida sentimental o conyugal dicen feliz y duradera. Cada uno le dará a “la confianza”, pero, la connotación y significado que le resulte compatible con sus valores, querencias y creencias. De hecho, no para todos tendrá el mismo significado pero, lo que sí es seguro es que sin ella, difícilmente una relación sobrevivirá.

Y, normalmente, cuando una relación entra en crisis, ante la decepción que surge cuando decae la confianza en la pareja, en el cónyuge, cuando la “rabia” de la que hablábamos en nuestro anterior post “perder para ganar”, está patente es cuando un porcentaje elevado de personas busca asistencia legal para poder defender sus intereses en un divorcio.

Es en ese momento donde la máquina de la confianza vuelve a engranar sus piezas porque, la relación entre cualquier cliente y su abogado, se fundamenta también, en la confianza. El cliente le exigirá a su abogado una conducta íntegra y profesional, que no le defraude.

Cuando un cliente se encuentra en plena crisis matrimonial, normalmente, siente esa necesidad de abrirse ante su abogado, de explicar su versión, de hacerle ver al profesional su verdad ante el conflicto.

Un abogado con experiencia en derecho de familia es fundamental para poder ganarse la confianza de su cliente mediante la escucha activa. No solo ha de ser habilidoso en la escucha de lo que su cliente le transmite con sus palabras, sino también, lo ha de ser en cuanto a saber ver e interpretar los sentimientos, ideas y/o pensamientos que se desprenden del relato del cliente.

Solo esa habilidad iniciará una nueva relación de confianza que se forjará, en todo caso, con la implicación del abogado durante el proceso de divorcio o crisis familiar.

Este tipo de procedimientos de derecho de familia no pueden nunca ser tratados por el profesional del mismo modo que, por ejemplo, una reclamación de cantidad y, el cliente desconfiará de su letrado si así se gestiona o hace. El cliente quiere sentirse acompañado durante todo el proceso.

Quiere sentirse comprendido, quiere tener un buen asesoramiento que le permita dejar atrás su rabia, quiere tener la cercanía suficiente con su abogado para poder trasladarle sus dudas y miedos.

Necesita empoderarse de nuevo pero con un buen asesoramiento que, desde la confianza de saber qué es lo correcto o legalmente permitido, pueda, restablecer sus emociones y, abrazar de nuevo sus sentimientos desde una perspectiva distinta que, aunque le dé un estatus nuevo al de “pareja de”, “casado con”, etc., en las situaciones donde existen hijos, siempre se va a continuar siendo “padre/madre” y, será necesario restablecer la confianza con el hijo y, por supuesto con el/la “ex” pareja, con quien deberá reconducirse la relación a una distinta donde mediante la cordialidad, poco a poco, se consiga llegar a vibrar en una confianza confusa, pero, confianza al fin y al cabo porque los seres humanos nacimos para relacionarnos y, en toda relación, debe existir confianza.

Quien se halla inmerso en una crisis matrimonial y/o familiar, para volver a confiar en su pareja o ex pareja, necesitará que la otra parte de la relación le entienda y, para que tu cliente confíe en ti, sucede lo mismo, debe sentir, saber y conocer que entiendes su preocupación.

Una forma de conseguirlo es mediante la técnica del “rapport”, creando una conexión de empatía con otra persona para que se comunique con menos resistencia.

Por lo tanto, siendo empático y mediante el “rapport” se genera confianza durante el proceso de comunicación. El receptor del mensaje se muestra más abierto, interactivo y preparado para recibir la información. Mediante el “rapport” todas las opiniones son tenidas en cuenta, todos los puntos de vista expuestos por todas las personas son válidos y ello, siempre, dará paso a nuevas relaciones de confianza.

El cliente podrá restablecer su confianza con su expareja centrando el foco de atención en intereses comunes (por ejemplo en los hijos), del mismo modo que siempre que el cliente se sienta escuchado y vea que su abogado defiende sus intereses encaminándose hacia sus mismos objetivos, otorgándole la experiencia y conocimientos de los que él carece, el abogado conseguirá que su cliente mantenga depositada su confianza en él.

Y, es que, “cuando la confianza es alta, la comunicación es fácil, instantánea y
efectiva” (Stephen R. Corvey).

Y, es que, “cuando la confianza es alta, la comunicación es fácil, instantánea y
efectiva”

(Stephen R. Corvey)
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